¿QUÉ VAS A ENCONTRAR AQUÍ?
En Cultura Emocional todos somos una sola mente experimentándose a través de dos ideas diferentes: la mente herida y la Mente Sana. El poder de gobernar nuestra vida radica en elegir el estado mental a través del cual vamos a decidir ver el mundo
En Cultura Emocional no hablamos del otro; hablamos de lo que sentimos en relación al otro, incluso si esto implica ser vulnerables.
En Cultura Emocional practicamos sana resistencia frente al juicio. Nuestros defectos, y los defectos de los demás, no son motivo de crítica, sino de aprendizaje.
En Cultura Emocional respetamos a los demás y no usamos lo que aprendemos para decirle al otro qué hacer y cómo hacerlo. Al contrario, aquí aprendemos a escuchar con compasión y dejamos la forma de ser de los demás en paz.
En Cultura Emocional nos permitimos estar equivocados y somos receptivos a no tener la razón respecto a todo lo que pensamos y sentimos.
En Cultura Emocional reconocemos nuestra humanidad sanadora y abandonamos el deseo de corregir, constantemente, todo lo que sentimos, para aceptarlo y asumirlo con humildad y amor.
En Cultura Emocional no tenemos que entenderlo todo, al contrario, aprendemos a abrazar el vacío de no saber y dejamos que la experiencia nos enseñe.
En Cultura Emocional no tenemos afán por sanar, porque no todo lo tenemos que sanar. Vivimos con la certeza de que siempre estamos recibiendo la medicina que necesitamos, cuando la necesitamos y cómo la necesitamos.
En Cultura Emocional solo tenemos una única maestra: la Mente Sana. Aquí la invocamos y somos receptivos a su presencia cuando la necesitamos.
En Cultura Emocional SANAR es unir lo que está roto dentro de nuestra mente, y amar es abrir nuestra mente y corazón a ver todo de otra manera para poder hacerlo.
En Cultura Emocional respetamos, escuchamos y cuidamos nuestras emociones. Sin ellas no podemos unir nuestra mente.
En Cultura Emocional escuchar los latidos del corazón es fundamental para crear nuevas fórmulas para sanar y despertar lo sano en nosotros.
En Cultura emocional la oración es el vehiculo de los milagros. Sin ella no podemos perdonar.