Las Emociones no se controlan, se manejan, se les escucha y luego se les da dirección, se bailan. Son como una melodía que apenas la escuchas y tu cuerpo la percibe, ya sabes si te gusta o no, ya sabes que hacer con ella, si bailarla o simplemente dejas que suene. Son hermosas señales, pero muy malas consejeras para tomar decisiones, pues no siempre son muy acertadas a la hora de interpretar lo que ven y lo que escuchan.
Son sólo eso, señales, canciones que te recuerdan algo, no para que actúes, sino para que observes y escuches que quieren decirte. Si te tapas los oídos y las apagas, van a ser más intolerables cuando aparezcan, pero si las escuchas y dejas que simplemente suenen, dejarán de ser tus enemigas para ser tus grandes aliadas.