No se trata de esperar que ocurra un cambio significativo por sí solo, eso no va ocurrir, se trata de tomar una decisión consciente de conocernos y esto no significa controlarnos (“controlar es reprimir”), se trata de atendernos, de observarnos, de percibirnos, de sentirnos para saber quiénes somos a través de cómo pensamos, para darle manejo y dirección a nuestra mente, ese cristal que yace en cada uno de nosotros y que necesita ser afinado para brillar y reconocer su verdadero potencial adentrándonos en el “Campo de entrenamiento de la Elección”: ¿Qué es lo mejor para mí? Elije.
Cultura emocional es otra forma de comunicarnos entre sí y de resolver nuestras necesidades a la hora de relacionarnos con el otro, es un nuevo camino mental para darle otro significado a la tristeza, a la ira, al miedo, a la ansiedad y a la culpa que emerge en nuestras relaciones, es otra forma de hacernos responsables emocionalmente de esas situaciones que evitamos la mayor parte de nuestra vida, ya sea porque nos da miedo fracasar o porque puede llevarnos al rechazo, es asumirnos y dejar de cargar a los otros con nuestras necesidades, es dejar de justificarnos y empezar a escucharnos, es ser la presencia conciente de nuestros estados emocionales para que juntos hagamos de ellos un instrumento de innovación individual.
Así que te invito a que juntos generemos Cultura Emocional, la sintamos, la vivamos, la compartamos y la seamos.